Pese a la prohibición, Glovo, Rappi y Pedidos Ya trabajan con normalidad

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Apenas un día después de desatada la polémica, las aplicaciones Rappi, Glovo y Pedidos Ya siguen funcionando con normalidad pese a la prohibición que les dictó un juez porteño hasta que se adecuen a la normativa de tránsito vigente.

Y es que desde un comienzo la Secretaría de Transporte porteña aclaró que no acataría un fallo que no estaba firme. Según informaron, hoy mismo presentarán una recusación al juez Roberto Gallardo, del Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario Nº 2. Se espera que entre mañana y el lunes presenten la apelación al fallo.

Desde Rappi también expresaron su preocupación en un comunicado e informaron que van a apelar la decisión. En tanto, PedidosYa informó que la medida no es de cumplimiento efectivo y que de todas formas seguirá operando normalmente. «PedidosYa cumple con todos los requisitos de seguridad vial necesarios (casco, mochila, elementos refractarios y seguro), a los que reforzará con controles y capacitaciones a los repartidores», aseguraron.

«Temí que nos bloquearan la aplicación y estuvimos todos conversando porque no sabíamos que iba a pasar, pero hasta ahora la verdad que estamos trabajando con total normalidad», explicó Christian Silva, un trabajador de Globo de 28 años.

Consultado acerca de las medidas de seguridad que pide la justicia porteña, coincide que muchas tienen lógica, pero son de difícil aplicación. «No sé si Globo tendría que dotar de cascos a todo el mundo, calculo que sí. Pero ¿cómo hace Globo para obligar a la gente a usarlo?»

Para Juan Manuel Ottaviano, abogado de la Asociación de Personal de Plataformas (APP), el fallo pone en blanco sobre negro una cantidad de incumplimientos laborales, tributarios e incluso de normativa local de tránsito de las plataformas, pero es preocupante que se terminen descargando obligaciones sobre los trabajadores.

«No empecemos por atrás: las responsabilidades se dirimen cuando se reconoce la relación laboral. Si no va a terminar pasando lo mismo que con Uber, hubo varios fallos que determinaron su ilegalidad pero la plataforma esquiva las sentencias y los que terminan pagando las condiciones de precariedad, ataques callejeros y multas de tránsito son los choferes», aseguró.

Según el abogado, el conflicto va más allá de la normativa especifica de tránsito: «Hoy en día está prestando servicios gente en bicicleta, en moto, caminando y en monopatín: el tema es si la empresa se va a hacer cargo de la seguridad de sus empleados. Estamos siempre hablando de personas con derechos que van en distintos medios de transporte» (LN)

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