Ubiquémonos, no hemos ganado nada aún

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Contra todo pronóstico, y por segunda edición consecutiva de la Copa América, nuestra selección de fútbol se aseguró un cuarto lugar luego de sacarse del camino a una discreta selección de Bolivia. ¿Suerte?, para muchos sí. Para otros que quieren ver el vaso medio lleno, no, pues significa un acierto la contratación de Gareca. El argentino ha sabido con poco (muy poco en realidad), armar un equipo. Un equipo solidario en donde las estrellas no existen (aquellas están en el cielo), y en donde todos corren, marcan, defienden, atacan. En resumen, un equipo de obreros que dejó atrás las marcadas distancias que había entre los del medio local y los “extranjeros”. ¿Mérito del DT? Por supuesto. Pero no es lo único meritorio del popular “tigre”. Apostar por un Cueva (que nadie quería), por un Joel Sánchez titular en lugar de Carrillo, por un Áscues  de central, por un Lobatón veterano, que dejaba ciertas dudas por la exigencia con que jugaría esta copa, entre otras decisiones, han hecho que el técnico se haga de un crédito enorme para lo que se viene. Sus decisiones, a partir de hoy estoy seguro, no serán cuestionadas. En su lugar, éstas serán vistas con expectativa.

Pero sería injusto decir que el mérito sólo es del técnico. Los jugadores han cumplido cabalmente con lo indicado desde el banco de suplentes, yendo, incluso, en contra de lo escrito en nuestras historias peloteras. Responder positivamente a las estrategias que Gareca planteó, habla muy bien de la entrega y concentración que tanto reclama la afición. Así que el crédito también se lo ganaron los jugadores.

Ahora, Chile. Los mapochinos han demostrado que son los mejores del torneo. Son los que mejor atacan, los que han marcado más goles y con una hinchada que cuando de alentar se trata, se convierten en más que el jugador #12. ¿Estaremos a la altura para enfrentar este reto? Complicado es. Y mucho. La lógica no existe en el fútbol, y si las cosas marchan por el camino que debería, la sorpresa puede darse. Y cuando digo que por el camino que debería, me refiero a situaciones extra futbolísticas que ensucien, no sólo el partido, sino al fútbol, como lo ocurrido en 1997 cuando jugamos por las eliminatorias a Francia 98. Se vivió un clima tan hostil y casi de guerra que mereció una protesta del estado peruano que lamentablemente nunca se dio. Ese es otro tema que, repito, espero no se dé.

Lo importante de todo esto, de lo logrado hasta ahora por la selección de Gareca, es siempre ubicarse. Aún no hemos ganado nada. No somos los mejores, ni hemos subido al cuarto puesto en Sudamérica. Seguimos siendo últimos o penúltimos, y si empezamos con esa premisa podremos avanzar poco a poco en pos del objetivo que todos queremos alcanzar: llegar a jugar el próximo mundial en Rusia (si es que se juega allí). Hay que recordar que sólo hemos ganado 2 partidos, y a Venezuela y Bolivia. Esperemos que alcance el orden y disciplina táctica que nos caracteriza en este torneo para hacer un buen partido y lograr la hazaña de llegar a la final. Y aunque parezca mentira, no importa si ganamos o perdemos, importa que se siga creciendo, creando una buena base.

Renato Medina

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