Con un tributo a su cultura prehispánica, Lima inauguró este viernes los Juegos Panamericanos de 2019, el evento deportivo más grande del mundo antes de Tokio-2020.
«Bienvenidos sean todos ustedes a la mayor fiesta deportiva del continente. El Perú, tierra de grandes culturas y de una historia milenaria, los recibe con los brazos abiertos», dijo el presidente de Perú, Martín Vizcarra, en el Estadio Nacional de Lima al declarar «solemnemente inaugurados» la decimoctava edición de la justa.
El pebetero panamericano fue encendido por Cecilia Tait, exjugadora de voleibol ganadora de medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Seúl-1988, en un recorrido final en la que la llama pasó por las manos de figuras de la historia del deporte peruano como Edith Noeding y Lucha Fuentes.
Horas antes, los Panamericanos sufrieron la deserción del velocista estadounidense Justin Gatlin, campeón olímpico de los 110 metros en Atenas-2004 y actual campeón mundial de la distancia tras derrotar a Usain Bolt en Londres-2017.
Gatlin iba a participar en el relevo de 4×100 metros pero, según anunció un vocero del Comité Olímpico de Estados Unidos, decidió concentrarse en la preparación para el próximo Mundial de Doha, que empieza el 28 de septiembre.
Pero los Juegos siguen adelante con otras estrellas, como el luchador grecorromano cubano Mijain López, la atleta colombiana Caterine Ibargüen o el nadador estadounidense Nathan Adrian.
En la parada participó la mayoría de unos 6.700 deportistas que representan a 41 países y territorios de toda América. Delegaciones de cientos, como la de Estados Unidos y Brasil, se sucedieron con otras de menos de diez miembros, como las de Haití o Islas Caimán.
El contingente venezolano, formado por más de 280 deportistas, fue uno de los más aplaudidos. Con unos 800.000 migrantes, Perú es el segundo país después de Colombia que más venezolanos ha recibido desde que se agudizó en 2015 la crisis política y socioeconómica en el país petrolero.
El despliegue artístico de 1.700 bailarines, acróbatas y músicos transcurrió alrededor de una escenografía de los picos del Nevado de Pariacaca, ubicado en los Andes Centrales, que se alzó en medio del campo de juego.
En lo alto de este escenario encendió la antorcha panamericana Cecilia Tait, en un simbolismo del despertar del sol, en quechua ‘Inti’, dios de la mitología inca.
El espectáculo ideado por un equipo internacional y local fue un «diálogo» entre las tradiciones del país y sus expresiones contemporáneas.
Una ofrenda a la Pacha Mama observada por mochileros tomando selfis; una celebración limeña del florecimiento de los Amancaes, y una representación de la gastronomía, se fusionaron con danzas y proyecciones sobre la montaña.
Tras el banquete bailado alusivo a los ‘superalimentos’ peruanos, los picos de la cordillera blanca se pintaron con los colores del tejido milenario que conecta la tradición y la vanguardia del país.
En una amplitud teatral en la que hubo espacio tanto para sicuris de la región andina como para break dance, el repertorio incluyó desde la melodía de «El cóndor pasa», al tenor peruano Juan Diego Flórez y al cantante pop Luis Fonsi, que cerró con «Despacito» el evento en el Estadio Nacional.
El presidente peruano, Martín Vizcarra, y su par de Bolivia, Evo Morales; el responsable de Panam Sports (Odepa), el chileno Neven Ilic, y el presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, siguieron la ceremonia desde el palco.
Ilic agradeció el esfuerzo de los peruanos, y agregó: «Este logro es de un país entero. Hoy iniciamos esta fiesta que es de todos».
Mientras, la ciudad sumó un desafío imprevisto. En simultáneo a la apertura, los controladores aéreos iniciaron un paro de 48 horas en demanda de mejoras en las condiciones laborales, que afectará el flujo aéreo en los 17 aeropuertos del país.
El secretario general del Sindicato Unificado de Controladores de Tránsito Aéreo del Perú, Víctor Zavaleta, informó a la AFP tras el inicio que la medida ya causaba demoras en vuelos, incluso en la terminal limeña Jorge Chávez. (AFP)