Dicen que los hijos tenemos rasgos de los padres. Creo que todos mis hermanos heredamos mucho de Mami China. Revisando fotos cada una de mis hermanas tiene mucho de Victoria, más allá de su particular lunar en el mentón y a pesar de las bromas de papá que les decía “Ninguna salió tan bella como su mamá”…. Los varones también tenemos algo más que un “aire”. En una de sus sorpresivas visitas a Bs As, mamá apareció repentinamente en mi oficina del trabajo y el jefe dijo “No me diga nada Huayre. Su mamá es ud. con pollera”. Nunca le creí.
Carmen, Rosita, Male, Beto (hasta mi hermano Javier siempre presente) cada uno heredó un poco de su energía, su alegría, su hospitalidad, su ingenio, su austeridad y su fidelidad para con la familia y sus hijos. Me es difícil observar en mi algo de mamá. Y son más mis aspiraciones de solo tener un mínimo de su fortaleza e inteligencia.
Trabajadora incansable, siempre cumplió lo que se propuso. Su casa, sus viajes, los paseos y sus antojos en los huariques de Lima, buscando lo mejor para sus seis engreídos nos llevan a momentos de felicidad pura.
Los 23 de septiembre nuestra reina cumplía años. Y vaya si lo celebramos. Muchas flores, en especial las gladiolas, sus preferidas, reinaban en todos los rincones de la casa en mis Barrios Altos. El mejor Ají de Gallina del mundo, o el Escabeche de Pescado, o su picante Carapulca con chanco, o su Causa o la Ocopa, o su Papa a la huancaína son los aromas que salían de sus manos y que encantaban a la familia, tíos, sobrinos, vecinos y amigos que llegaban para el festejo.
Sanguches triples criollos con tomate, palta y huevo, o los petipanes con pollo y mayonesa casera, acompañados de su cóctel de algarrobina o pisco sour, seguro lo recordarán los afortunados que llegaban a casa. Su keke casero, los tofes o su leche asada y las tortas de la Pastelería Belgravia con sus licores argentinos también daban su toque infaltable.
Los discos de Oscar de León, de los Destellos o de los Embajadores Criollos hacían bailar a todos hasta las “últimas consecuencias”. Ella como buena anfitriona gustaba de atender a sus invitados y compartir su felicidad ese día. “En el mundo en que yo vivo siempre hay 4 esquinas, entre esquina y esquina siempre habrá lo mismo…” sonaba Fruko en el tocadiscos de casa y la alegre anfitriona bailaba y cantaba con sobrinos e hijos feliz de verse rodeada de los que ella quería.
Ella amaba y era fanática de la Argentina. En la final del mundial de fútbol del 78, tenía nueve años y le aposté a mamá y perdí. Fue ella quien me cumplió el sueño de conocer todas las calles y lugares que mostraban las fotos de unos viejos naipes que había en casa: Av Corrientes, Av 9 de Julio, Córdoba, Mar del Plata, Bariloche y otros que eran inalcanzables.
Ninguno de los hermanos olvidaremos el duro rigor de su disciplina y educación… y algo derechitos hemos salido creo. Logró que todos sus hijos tengamos profesiones y familias estables. Pero como todas las familias tuvimos golpes muy duros. Y mamá los sintió.
Mis padres nunca se recuperarían del tremendo dolor de la partida de mi hermano Javier. Fueron años difíciles, pero a pesar de todo ella conseguiría que yo iniciara mis estudios en el extranjero. A este gran sacrificio espero hacer honor.
Hablar con ella o hacer video llamadas los 23 de septiembre sé que ya no serán iguales. También sé lo que hoy me diría. Seguro que hoy tus hijos, sobrinos, nietos y bisnietos te recordaremos. Que papá Alberto y Javier te agasajen allá arriba mi reina. Y que la mamita Julia y las tías Aurora y Hortencia te engrían como siempre.
“Si te vas de mi lado China Hereje…. Me duele el corazón con tal violencia, que arrancarlo de mi pecho yo quisiera y llevarlo de la mano a tu presencia “ … te aseguro Mami China que mi bebé Josh aprenderá y te cantará tu canción.
Te amo y te amaré.
Gustavito